Guerreros del Viento

En esta obra, el espíritu de Don Quijote se manifiesta en una batalla abstracta, donde la realidad y la fantasía se entremezclan en un caos de formas y colores. La figura central, inspirada en el caballero de la triste figura, se muestra compuesta de engranajes, líneas y símbolos, como si su propio ser estuviera forjado

Los molinos de viento emergen al fondo, pero no como estructuras simples, sino como entidades dinámicas, envueltas en una energía que sugiere movimiento y transformación. La paleta de tonos tierra y dorados evoca el polvo de los caminos de La Mancha, mientras que los toques de azul aportan un aire de idealismo y locura.