El Camino de los Orishas

La composición fragmentada evoca los múltiples senderos del Ayé, el mundo terrenal, donde los Orishas caminan entre los humanos. Las formas superpuestas y los colores tierra dialogan con la idea del destino (Ori), siempre en construcción, mientras los círculos y marcas rítmicas sugieren la presencia invisible de fuerzas espirituales guiando cada tránsito.

Esta obra representa el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu según la filosofía yoruba. Las texturas densas y los contrastes cromáticos simbolizan el diálogo constante entre Orun (el mundo espiritual) y Ayé. El rostro fragmentado alude al Ori, la conciencia interior que conecta al individuo con su destino sagrado y con los Orishas.